Las empresas de proceso continuo se caracterizan por un uso intensivo de maquinaria, disponer de operarios con funciones de operación y supervisión fundamentalmente y por tener unos desperdicios centrados en las averías, los cambios de referencia, las limpiezas, etc.
Para mejorar la competitividad en este tipo de empresas, es imprescindible mejorar la eficiencia con que trabajan las máquinas e incrementar la productividad de las personas.
En general los pasos a seguir serán los siguientes:
Implantación de indicadores (KPI), tales como:
Mejora de la organización, orden y limpieza de los puestos de trabajo y de su entorno (5S). Para conseguirlo se aplica la técnica de las 5S.Análisis de la polivalencia del personal y sus habilidades de operación, y desarrollo del plan de formación, para la mejora en la capacitación de dicho personal.
Mantenimiento Productivo Total (TPM). Modulado en función de las características de la empresa, nos va a permitir desarrollar los siguientes aspectos:
Mejoras Enfocadas, realizadas por equipos multidisciplinares especialmente formados, que buscan la eliminación de pérdidas de todo tipo.
Mantenimiento Autónomo, centrado en actividades de mantenimiento básico, realizadas por el personal de producción, tales como limpieza, engrase, apriete de pernos, revisión diaria de puntos críticos, etc.
Mantenimiento Planificado, orientado a mejorar las actividades del mantenimiento correctivo y a la implantación del mantenimiento preventivo.
Mantenimiento de Calidad, centrado en los elementos de las máquinas, cuyo deterioro puede afectar a la calidad del producto.
Mejora de los RRHH, analizamos los conocimientos, habilidades y polivalencia de todo el personal y diseñamos los planes de formación adecuados para mejorar estos aspectos y adecuarlos a las necesidades del cliente.
En el proyecto deben intervenir fundamentalmente, los departamentos de producción, mantenimiento, calidad y planificación.
En empresas intensivas en mano de obra es muy importante establecer unas condiciones de trabajo que permitan la eliminación de los desperdicios provocados por lotes inadecuados, exceso de transportes internos, operaciones mal realizadas, producto con calidad deficiente, personal poco motivado, etc.
El proyecto comienza con un análisis inicial, que permite conocer la situación de partida. Con dicha información, se diseña el proceso productivo futuro, orientado a conseguir los resultados deseados.
El análisis se completa con un plan de acción, que servirá de guía en el proceso de transformación.
En general, los proyectos se desarrollan en las siguientes fases, aunque esto puede variar en función de la empresa:
Mejora de la organización, orden y limpieza de los puestos de trabajo (Técnica 5S). Formamos al personal teórica y prácticamente y le acompañamos hasta la completa implantación de la técnica.
Implantación de indicadores (KPI). Analizamos qué indicadores reflejan con mayor exactitud la problemática del cliente y los utilizamos para conocer cómo evolucionan a lo largo del proyecto. Los más significativos hacen mención a la productividad, el plazo de entrega, el nivel de servicio, el nivel de calidad o la polivalencia del personal.
Implantación de células de trabajo. Agrupamos las actividades con el objeto de mejorar la productividad global de la producción y la gestión del proceso.
Just in time (JIT). Establecemos el lote de producción más adecuado a las características del proceso y del producto. Implantamos un flujo tenso que permite reducir los desperdicios y reducir los plazos de fabricación.
Optimización de los stocks y la logística interna. Optimizamos los stocks de todo tipo, establecemos las rutas internas de suministro, y creamos los mecanismos de aprovisionamiento a través de sistemas kanban.
Visión Estratégica Lean, S.L.
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